Partiendo de un agujero cilíndrico es posible crear diferentes perfiles: cuadrados, rectangulares, hexagonales, cuadrados dobles, etc.
En función del perfil a realizar, la brocha presentará la conicidad y el incremento progresivo específico para la entidad de la superficie trabajada.
Además, siempre es posible partir de un perfil en bruto obtenido mediante moldeo, por ejemplo, y procesarlo hasta obtener las dimensiones finales deseadas mediante una brocha de acabado.