El enderezamiento precede siempre a la operación de afilado, con el propósito de mejorar de forma significativa la capacidad de trabajo, y favoreciendo, de hecho, la producción de un mayor número de piezas mecanizadas.
En particular, es fundamental con brochas de pequeño diámetro y de gran longitud, ya que sufren mayores deformaciones, por lo que es fácil que una falta de rectilineidad genere descartes o comprometa la calidad final de las piezas brochadas.
En fase de fabricación, las brochas presentan una concentricidad aprox. de 0,01 mm. y el enderezamiento consiste precisamente en devolver la herramienta a sus condiciones iniciales.